Una noche mágica

Al día siguiente de esta obra cumbre de Mahler –una de las sinfonías más grandiosas de la historia de la música– cautivara al público que no dejó una sola butaca libre en el Kursaal, un escenario muchísimo más íntimo acogió una noche mágica a cargo del siempre espléndido Daniel Zapico.

En los claustros góticos del Museo San Telmo la voz del contratenor Carlos Mena y la tiorba de Daniel Zapico crearon una noche mágica con obras de Lully, Couperin, Buisson, Lambert, Forqueray y de Visée. El músico asturiano ha transcrito partituras de estos compositores franceses para su tiorba. Con ese único instrumento y la voz del contratenor vasco se logró crear esa comunión casi mística con el público que tan pocas veces se consigue, como esa armonía gotico-renancentista de las paredes y techos en los que resonaban esas notas.

Una noche –insistimos– mágica, exquisita, en la que se nota el mimo que Zapico ha puesto en ese proyecto de releer y transcribir partituras, como él mismo contó en el concierto. Ese placer que le supone el privilegio de tocar la tiorba leyendo directamente los manuscritos en la bibliotecas francesas, ese goce que él siente al vivir ese privilegio, logró transmitirlo a todos los presentes en una velada, literalmente, de ensueño.

Daniel Zapico Carlos Mena en la Quincena Musical de San Sebastián en el Museo San Telmo

Shangay
Nacho Fresno | agosto 2023