Critica: Luces y sombras de la luna llena
«En todo momento la voz de Carlos Mena tuvo el suntuoso apoyo y colaboración de la tiorba de Zapico, un instrumento de resonancias poderosas y exquisitas, manejada con una soltura y una riqueza de registros magníficos, en alternancias plenas de sentido. El virtuosismo del instrumentista quedó fuera de toda duda también a lo largo de una serie de piezas instrumentales de Giovanni Girolamo Kapsberger, “Il tedesco della tiorba” (1580-1651), insertadas entre las vocales procedentes del “Libro Primo” y del “Libro Quarto d’Intavolatura de chitarrone”. Los arpegios del comienzo de la “Toccata Arpeggiata” de aquel cuaderno nos trajo el recuerdo de “Asturias” de Albéniz. Mucho garbo en la “Ciaccona” del Libro IV.»
«Brillante Zapico en las agilidades de la “Toccata X” de ese mismo Libro, que tuvo su prolongación en la formidable “Colascione” del primer libro, con su característico “ostinato” rítmico. El tiorbista mostró su control de las agilidades y su desempeño en el logro de refinados “pianissimi”. Al final, con el público que casi llenaba (la pandemia manda) la iglesia muy volcado, pudimos escuchar como regalo en lucha con la reverberación del recinto un arreglo del intimista y contemplativo lied de Schubert “Meeres Stille” (“Mar en calma”) sobre poema de Goethe. Un sorprendente guiño que cerró la sesión en belleza.»
Beckmesser
Arturo Reverter | Junio 2021